lunes, 23 de marzo de 2009

Tres años en Madrid
En 2005 me trasladé a Madrid. Fui con mi marido y mis hijos que tenían 15 y 16 años. La razón por el cambio de vida era el trabajo de mi marido. Habíamos visitado Madrid una vez antes para elegir un instituto para los hijos. Visitamos a diferentes colegios internacionales, pero mi hijo dijo que el colegio americano era el único alternativo para el. Entonces lo eligimos y alquilamos una casa en Aravaca, cerca del colegio americano.
Creo que mi hijo eligió bien, estuvimos encantados con el colegio y con el barrio de Aravaca.
Al principio fue difícil para mí. Mi marido tenía su trabajo y mis hijos sus estudios, pero yo no conocí a nadie y no pude hablar el idioma.
Empecé a estudiar español y sustituir al colegio Americano, pero a mis hijos no le gustó que su madre estaba en su colegio.
Tuve suerte y encontré a una vecina alemana que era muy emprendedora. Conoció a toda la gente extranjera en el barrio y me introdució. También empezamos a trabajar juntos como profesoras de inglés en una escuela en Pozuelo, que se llama ESIC.
Continué a estudiar español durante los tres años que viví allí. Hice el examen de DELE (intermedio) pero por que trabajé con enseñar ingles hablé más ingles que español. La única vez que practiqué hablar español fue cuando practicaba mi pasatiempo, hacer bolillos de encaje, cada martes por la tarde con mujeres que vivían en el barrio.
Mi marido y mi hijo volvieron a Suécia en 2007, y durante un año viví sola en España con mi hija que tenía que terminar sus estudios.
Nuestros recuerdos de Madrid son mixtos. Desafortunadamente mis hijos detestaron de España y de los españoles y nunca quieren volver. Mi marido también tuvo malas experiencias con negocios en España. A mí, me gusté aprender el idioma y conocer a la cultura y mi marido gustó la comida y el vino. Mi hija gustó la musica española y aprendió tocar la sevillana en su guitarra y mi hijo gustó salir por la noche.
¡Ahora estamos encantados vivir en Estocolmo!
Elisabeth

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